OLENTZERO EN CINTRUENIGO

Ocurrió hace ya 5 años, en el 2016 y fue gracias a la invitación de Laura desde el Bar Caserón, que Olentzero se presentó en nuestro pueblo y recibió por primera vez a niños y niñas Cirboneras a quienes obsequió con un apetitoso y templado cucurucho de castañas asadas, al son de la música de nuestros Gaiteros de Cintruenigo.

 

Al año siguiente, Cintruenigo quería más. Desde la asociación La Mandarra y a través de dos buenas amistades de Tudela que conocen personalmente a Olentzero, le hicimos llegar nuestra invitación y le pedimos que repitiera la visita a nuestro pueblo, ya que aquí se le esperaba de nuevo con ilusión. Pero, además, este año queríamos un completo: nuestro objetivo era conseguir que Maridomingi nos acompañara en esa noche tan especial. Nuestros contactos resultaron ser excelentes negociadores, ya que consiguieron el objetivo que La Mandarra les había encomendado: tanto Maridomingi como Olentzero nos dieron su palabra de que, en su viaje desde la montaña, se detendrían en Cintruenigo.

Un velo de tristeza empañó las navidades Cirbonera del 2017 y ese año el desfile se realizó en silencio, sin música, con unos pequeños lazos negros en señal de duelo.

 

Y llegó rápidamente el año 2018 y esa mágica noche; mientras en la plaza del Ayuntamiento se congregaba una gran multitud de personas ataviadas con trajes regionales, sonaban los txistus de Tudela y las gaitas de Cintruenigo, hicieron su aparición, acompañados de una borriquilla. Se repartieron caramelos durante todo el recorrido hasta los Paseos y allí, en el salón de actos de la residencia, recibieron las palabras, cartas, deseos e ilusiones de más de cien criaturas y alguna que otra persona adulta que no quiso perder su oportunidad de experimentar un viaje en el tiempo, retrocediendo a su niñez y, por qué no, también recibir su ración de castañas asadas.

 

En el año 2019 nos visitaron y sorprendieron de nuevo, al hacer su llegada en un carro tirado por un burro, que según nos contaron, les habían prestado en Cintruenigo para la ocasión. ¡Y qué satisfacción y alegría en los rostros de la totalidad de residentes de la residencia de ancianos cuando el coro Tutera Kantuz entró al edificio y les dedicó varias canciones, siguiendo la tradición que habían creado un par de años antes los Txistularis de Tudela!

 

Y ahora, tras este extraño año 2020 en el que, a pesar de que no fue posible que Maridomingi y Olentzero nos visitaran, nos enviaron para su distribución un vídeo con fotografías que conservaban de años anteriores y que recordaban sus anteriores visitas a nuestro pueblo, seguimos esperando con las mismas ganas y el doble de deseos que llegue el frío, el mes de diciembre y una de sus largas noches, para salir a la calle el día en que nos anuncien su visita y, entre sonidos de gaitas y txistus, de las voces del coro, los cohetes y el griterío infantil, en la oscura noche iluminada por farolas y antiguos candiles, aparezcan de nuevo, entre multitudes menudas: Olentzero, con su pipa y su barba, Maridomingi, con su peculiar tocado y su mandala llena de caramelos, dispuestos a escuchar todos esos deseos que han ido acumulando (y seguramente hayan ganado en humanidad a costa de materialidad) nuestras niñas y niños cirboneros.

 

Asociación La Mandarra de Cintruenigo

 

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