La visita de Olentzero a Ablitas la noche del 24 de diciembre es una tradición bien arraigada que ha cumplido ya 25 años.
Un grupo pequeño de personas se organizó aquel año de 1997 para adornar un remolque, pedir un tractor y un conductor, buscar un voluntario que representara el personaje y un par de txistularis y agenciar unas castañas asadas y unas chucherías para repartir. Se hizo un cartel para anunciarlo y por ser el primer año, se leyó desde la megafonía del ayuntamiento viejo un texto sobre la tradición del Olentzero y la Navidad a los que esperaban en la plaza.
La incertidumbre por saber si asistiría gente o no se solventó pronto. Fue un éxito. La gente de Ablitas acudió a verlo, a hacer el recorrido detrás del remolque y a cantar “Horra, horra gure Olentzero”.
Durante este tiempo el acto no ha variado apenas. El cartel sigue siendo el mismo, el recorrido, las castañas, las chuches. La hora y el lugar de salida. El remolque está mejor adornado ahora y lo arrastra un vehículo menos ruidoso. Olentzero ha ido cambiando. Hay más txistularis. Hay gaiteros. Acompañan los dantzaris de Mendianike. Olentzero reparte algunos regalos, sobre todo a nietos que vienen al pueblo a celebrar la navidad con los abuelos. Muchas se visten de caseras y caseros…
Olentzero se incorporó a los actos navideños de Ablitas de manera natural, sin más complicación. El final del recorrido en la plaza sirve de punto de encuentro para que la gente se reúna, salude a los que vuelven esos días, se felicite la navidad y eche unos vinos antes de cenar.
Así que estas Navidades, el Olentzero en Ablitas será dónde siempre y como siempre: Desde la Casa de Cultura, acompañado de los txistularis, la carroza llega hasta el patio del colegio. Allí espera la gente, los gaiteros y los dantzaris. Reparto de castañas y chuches. Comienza el recorrido que acabará en la plaza. Música, baile, reparto de regalos y unos vínicos antes de cenar. Zorionak!!!
